jueves, 17 de mayo de 2012

Maravillas






El famoso Luis Pasteur estaba cierta mañana con sus manos puestas sobre su mesa de estudio, con sus dedos juntos, en forma de pantalla y su cabeza inclinada a pocos centímetros de la mesa; hasta que por fin levantó su cabeza, y separando las manos, apareció un pequeño microscopio.
Un estudiante que había estado observándole, tan quieto, durante largo rato, dijo:-Pensaba, doctor Pasteur, que estaba usted orando.
-Así es -replicó el científico levantando su microscopio estaba diciendo a Dios cosas muy lindas, aunque no tanto como las que Él estaba diciéndome a mí por medio de sus obras.
Evitemos en el día de hoy que nuestras ocupaciones y diario agitar mantengan nuestros ojos y nuestros corazones cerrados, tomemos un minuto para disfrutar y agradecer los maravillosos regalos que Dios nos da en todo momento a través de su creación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario