domingo, 3 de junio de 2012

AYUDAR AL OTRO....NO LIMITARLO

de Laura Rivero

Solo hay una forma de amar a las persona y es amarlas tal como son. Y ahí está la belleza: cuando las amas como son, cam­bian. No según tu criterio sino según su propia realidad. Cuando las amas se transforman. No se convierten; se transforman. Se vuelven algo nuevo, alcanzan nuevas alturas del ser. Pero eso su­cede en su ser y de acuerdo con su naturaleza.

Cuando intentas cam­biar a alguien intentas hacer una fotocopia. No te interesa la per­sona; tú tienes cierta ideología, una idea fija, un ideal, e intentas cambiar a la persona de acuerdo con ese ideal. Lo más importante es el ideal, el ser humano en sí no te importa nada.

En realidad, es violento intentar cambiar al otro de acuerdo con algún ideal. Es una agresión, un intento de destruir al otro. No es amor ni es compasión. La compasión siempre le permite al otro ser él mismo. La compasión no tiene ideología, la compa­sión es una atmósfera. No te da una dirección, solo te proporcio­na energía. Entonces te desarrollas. Entonces tu semilla tiene que brotar según su propia naturaleza. No hay nadie que te im­ponga nada.

Cuando digo: «Ayuda a los demás», quiero decir que les ayu­des a ser ellos mismos.

Comparte tu ser, pero permite que el otro vaya hacia su propio destino. Ese destino es desconocido; nadie sabe qué va a florecer. No le des un patrón, de lo contrario aplastarás la flor. Y recuerda que cada individuo es único. Nunca ha existido un ser así antes y nunca volverá a existir. La existencia no se repite, no es repetiti­va. No cesa de inventar.

Ayúdale, dale energía y amor. Acep­ta al otro y hazle sentirse bienvenido. No le provoques un sentimiento de culpabilidad, no le hagas creer que lo desapruebas. Todos los que intentan cambiarle le hacen sentir culpable y la culpabilidad es un veneno.

El amor es una comprensión profunda. Si has amado a al­guien, habrás desencadenado dentro de ti una cualidad de visión diferente. Ahora puedes ver con claridad

te encuentres con quien te encuentres, verás la realidad de esa persona, de ese ser humano específico, de su potencial aquí y ahora. Amarás a esa persona, le ayudarás a convertirse en lo que él o ella pueden convertirse. No esperarás nada más. Toda expec­tativa es una descalificación, una negación, un rechazo. Simple­mente das tu amor sin esperar una recompensa, sin esperar un resultado. Ayudas sin tener en la mente un futuro

Cuando el amor fluye sin un futuro, hay una enorme energía. El amor ayuda cuando fluye sin motivación, y no hay nada que pueda ayudar tanto como eso. Aunque solo haya un ser humano que te acepta, eso te hará sentirte centrado. La existencia no te ha recibido mal. Por lo menos hay un ser humano que te quiere in-condicionalmente. Eso te da un arraigo, te centra y te da la sen­sación de estar en casa. Cuando estás lejos de ti mismo estás le­jos de la existencia, de tu casa. La distancia entre tú y tu ser es la distancia entre tú y tu casa, no hay más distancia. De manera que quien quiera que diga «Sé otra persona», te está alejando de tu casa. Te volverás falso y te pondrás máscaras. Tendrás personali­dades, carácter y mil otras cosas, pero no tendrás alma; no tendrás lo esencial. No serás una conciencia sino una decepción, un seudofenómeno; no serás auténtico.

Por eso, cuando digo ayuda, estoy diciendo que simplemente crees una atmósfera alrededor de las personas. Lleva esa atmós­fera de amor y compasión vayas donde vayas y ayuda a los demás a ser ellos mismos.

Solo hay una forma de amar a las persona y es amarlas tal como son. Y ahí está la belleza: cuando las amas como son, cam­bian. No según tu criterio sino según su propia realidad. Cuando las amas se transforman. No se convierten; se transforman. Se vuelven algo nuevo, alcanzan nuevas alturas del ser. Pero eso su­cede en su ser y de acuerdo con su naturaleza 

No hay comentarios:

Publicar un comentario