viernes, 20 de abril de 2012

Historia de una anciana


ANCIANA
Había una vez una anciana que decía que se le aparecía Dios. Había ido muchas veces a ver a su párroco para contarle estas apariciones, pero el cura no se lo creía. Como se ponía tan pesada, el párroco le dijo a la mujer que fuera a visitar al obispo y le contara su caso.

Y así lo hizo. El obispo la recibió y ella le contó con todo detalle las apariciones de Dios. El obispo, que tampoco la creía, le dijo:
“Mire lo que vamos a hacer. Para saber si de verdad es una aparición y no una alucinación, la próxima vez que vea a Dios pregúntele por los pecados del obispo, por aquéllos pecados que sólo Él y yo sabemos. Así, si se los dice, sabremos que es realmente Dios”.

Unas semanas más tarde la anciana volvió a presentarse ante el obispo para contarle que había vuelto a ver a Dios. El obispo le pregunto:
“¿Qué le dijo Dios de mis pecados?”
La mujer respondió:
“Me dijo que los había olvidado”.

En ese momento el obispo cayó de rodillas porque supo que realmente se trataba de Dios.
Dios escribe nuestros méritos sobre roca y nuestras faltas sobre el aire. Y nos pide que nosotros hagamos lo mismo con los demás.

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