sábado, 22 de octubre de 2011

ENSEÑANZA



Mientras estaba impartiendo su enseñanza,
el viejo sabio les dijo de repente a sus discípulos:



...
-Si tuvieseis un deseo que pudieseis satisfacer inmediatamente,
¿qué pediríais?
-El conocimiento.
-La sabiduría.
-Tu percepción de las cosas.
-El poder.
-La forma de mantenerme con buena salud...



Cuando cada uno de ellos hubo hablado, todos dijeron a coro:
-Y tú, maestro, ¿qué pedirías?


 El sabio sonrió, y murmuró:
-Simplemente, ser un maestro, para saber enseñaros.


 -¡Pero si ya lo eres!
-Al escuchar lo que habéis pedido, no me da esa sensación.

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