Somos pequeñas gotas de aguas que conforman un gran océano. El océano tiene sus propias leyes, y aunque en nuestro día a día nos olvidamos de la red a la cual pertenecemos, es nuestro derecho divino conocer cuales son las leyes que nos gobiernan y cómo mutuamente influimos.
Recordar que todo lo que hacemos, de lo más insípido a lo más grandioso, responde inexorablemente a las Leyes de este Universo....
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