fue uno de
los más grandes matemáticos de la historia. Su precocidad en relación con las
matemáticas se pone de manifiesto en las siguientes anécdotas :
Antes de
cumplir 3 años se encontraba con su padre que estaba preparando la nómina de
los obreros que de él dependían.
El joven
Gauss que seguía con gran atención los cálculos del padre le dijo al terminar :
“Padre has hecho mal la cuenta, el resultado debe ser … “.
El padre al
repasar los cálculos comprobó con sorpresa que el hijo tenía razón. La historia
es todavía más sorprendente si tenemos en cuenta que nadie le había enseñado a
leer.
Un día en la
escuela cuando tenía 10 años el maestro propuso como ejercicio sumar 100
números consecutivos. Hay un método sencillo para hacerlo que el maestro
conocía pero sus alumnos no. Era costumbre que el primero en acabar el
ejercicio debía dejar su pizarra sobre la mesa del maestro, el siguiente alumno
encima de la del primero y así sucesivamente.
Nada más
terminar el maestro el enunciado del ejercicio Gauss puso su pizarra sobre la
mesa del maestro. Cuando al cabo de una hora acabaron sus compañeros, el
maestro comprobó sorprendido como el resultado que aparecía en la pizarra de
Gauss era el correcto.
A Gauss, ya
mayor, le gustaba contar como el resultado de su pizarra era el único correcto.
El maestro
quedó tan impresionado que de su propio bolsillo compró un libro de aritmética
y se lo regaló a Gauss quien rápidamente lo devoró.
Nunca
menospreciemos la habilidad y el talento que podemos encontrar en un niño,
porque podríamos estar frente a un Gauss o un Einstein. Cómo padres, aprendamos
a valorar los regalos de Dios colocado dentro de un niño.
Vía Renuevo
de Plenitud
No hay comentarios:
Publicar un comentario